Sin necesidad.
No ocultes tus bellos ojos tras una gafas de sol y permíteme que me pierda entre tu mirada
una vez más, durante un instante o quizás para toda la eternidad.
Siéntate a mi lado y no digas nada, sólo quedate mirándome a los ojos
y deja que el tiempo se escape entre las yemas de nuestros dedos como si no lo necesitáramos.
El viento ha llegado de nuevo a esta habitación y ha comenzado a ser algo molesto
pues tengo la sensación de que en cualquier momento se llevará las palabras que con tanto cuidado
hemos estado cultivando durante las horas que hemos permanecido aquí sentados.
Quiero que tu voz sea sólo para mí y para nadie más, aunque eso resulte imposible.
Y de esta forma nace la necesidad de amar y ser amado, de correponder y ser correspondido.
La esperanza invita al deseo en esta noche de tormenta y me doy cuenta
de que he caído rendido ante tus pies y ante tu voluntad
y acabo buscándote sin remedio en la oscuridad de la noche
con la esperanza de ser amado para toda la eternidad.
Akasha Valentine © 2010
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